Desde los inicios de la comunidad de AA, nuestros
cofundadores, Bill W. y el Doctor Bob, tuvieron muy presente la importancia de
recoger y trasmitir su experiencia a través de la palabra escrita, a todos
aquellos que estuviesen dispuestos seguir sus pasos para recuperarse de la
enfermedad del alcoholismo. De allí nació la idea de publicar el libro
Alcohólicos Anónimos, referencia fundamental de nuestra comunidad y de nuestro
programa. Luego habrían de publicarse otros libros y folletos, pero fue en 1944
cuando nació una publicación periódica que debía ser importantísimo instrumento
para trasmitir el mensaje de AA, nos referimos a la revista Grapevine.
Nacida como un boletín local de la comunidad de AA
en Nueva York, gracias al esfuerzo de seis miembros de esa ciudad preocupados
por lo que parecía ser “una falta de entendimiento” entre los grupos del área
metropolitana, nadie hubiera imaginado que apenas un año después, por votación
de la mayoría de los grupos a los que les fue enviado dicho boletín, se
convirtiera desde entonces, en nuestra conocida revista internacional de
Alcohólicos Anónimos.
Bill W. tuvo en la revista un valiosísimo
instrumento de comunicación que, además de permitirle expresar sus experiencias
y procesos de crecimiento como individuo, así como la historia de la comunidad,
sirvió también como medio de comunicación con una hermandad que fue creciendo,
rompiendo fronteras en esa amorosa tarea de servicio que nos ocupa a todos los
alcohólicos anónimos del mundo hoy día.
Bill W. fue quizá el más prolífico articulista de
Grapevine, colaborando con más de 150 artículos, escritos en un período de 26
años, y que posteriormente fueron publicados, agrupados temáticamente, en un
libro de gran valía: El Lenguaje del Corazón.
Siguiendo este ejemplar esfuerzo, casi todas las
comunidades hermanas que fueron creciendo como estructura, han creado una
publicación similar con diversos nombres, pero con igualdad de propósitos, los
cuales habrán de coincidir en esa visión que Bill dejará tan elocuentemente
plasmada en el libro AA Llega a su Mayoría de Edad, donde afirma: “El Grapevine
es el espejo del pensamiento y de la acción de AA, a escala mundial. Es una
especie de alfombra mágica en la cual todos nosotros podemos viajar desde un
remoto bastión de AA hasta otro, y ha llegado a ser un maravilloso medio de
intercambio de nuestros pensamientos y experiencias espirituales.”
Tal ha sido la importancia de dicha revista, que
dentro de los propios 12 Conceptos para el Servicio Mundial, está considerada
como una de las dos Corporaciones que constituyen junto con los comités
permanentes de la Junta
de Servicios Generales, parte de nuestra estructura fundamental de servicios,
según lo señala el Concepto 11 y en el cual se detalla su constitución y
funcionamiento.
Grapevine, y otras revistas, como El Mensaje de
Colombia, Plenitud y Dimensión de México, la revista Alcohólicos Anónimos de El
Salvador, Vivencia de Brasil, Akron de España, llegaron a Venezuela en la
medida que nuestra comunidad en el país se iba fortaleciendo, lo que incentivó
la aparición de publicaciones propias. A
mediados de los 70 apareció el Boletín de Intergrupos Caracas; entre 1977 y
1979, y luego esporádicamente, circuló la revista 24 Horas del Grupo Central,
en Caracas; el Grupo Litoral Central, de Maiquetía, editó dos publicaciones,
Esperanza y Acción; el Grupo el Bosque en Caracas llegó a publicar dos números
de una revista; en Valencia, Estado Carabobo, se publicó Tiempos Nuevos; en San
Cristóbal, Estado Táchira, la revista Reflexión; y una vez creada nuestra
estructura de servicio, comenzó a circular desde 1984 el Boletín de la OSG.
En 1992 aparece la revista Gratitud como iniciativa
del entonces Director de la
Oficina de Servicios Generales. Se publican 5 números hasta
1994, en que por mudanza de la OSG ,
en la que entonces se imprimía la revista, deja de editarse. A finales de 1996,
con un nuevo director, Gratitud reinicia sus actividades y en enero de 1997
aparece el número 6. Lenta, pero progresivamente, como a veces nos ocurre en el
programa de recuperación, la revista fue mejorando su calidad de impresión y
sus tapas, su contenido provenía mayormente de colaboraciones de miembros de
nuestra comunidad, con algunos artículos tomados de revistas llegadas del
exterior o de algunas de las otras publicaciones editadas en el país.
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